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Marcapáginas con cartulina de 350 grs o 400 grs
TAMAÑO MÁXIMO 15,8 cm x 5,1 cm
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Un marcapáginas, señalador, punto de lectura, punto de libro, separador de libro, etc. es un objeto de grosor fino, normalmente de papel o cartulina, utilizado para marcar el punto exacto en el que queda detenida temporalmente la lectura de un libro y así poder regresar a él con facilidad. Nuestros marcapáginas están hechos de cartulina.
Tradicionalmente los libros de lujosa encuadernación siempre han presentado una cinta que, estando fija en su parte superior, permite marcar la página donde interrumpimos la lectura para retomarla más adelante con facilidad. Esta cinta, llamada "punto de lectura" ha desaparecido de las encuadernación. Es más populares, en parte por el ahorro de costes que supone y en parte por la imposibilidad de fijar la cinta en todas las encuadernaciones tipo rústica. Todos, en cualquier caso, empleamos algún sistema para marcar la página donde interrumpimos la lectura, desde la desaconsejable esquina doblada hasta introducir la contracubierta del propio libro o una tira de papel arrancada de cualquier periódico.
El tipo más común de marcapáginas en los S. XVIII y XIX consistía en una cinta estrecha (de no más de 1cm de ancha) de seda que se ponía en el interior del libro de forma que su parte superior quedara atada al lomo y su parte inferior sobresalieran un poco del libro de forma que quedara así marcada la página. La mayoría de los libros editados en el S. XIX integraban este mecanismo para marcar las páginas.
Tras la II Guerra Mundial se produjo un auge de los marcapáginas como una forma de regalo, particularmente navideño en forma de pequeñas tarjetas de Navidad